ANTONIO ELORZA
A lo largo de más de un siglo, la figura de Sabino Arana ha marcado de modo decisivo la trayectoria política e ideológica del movimiento nacionalista vasco. Bajo el lema «Dios y Ley Vieja», este ferviente antiliberal y católico integrista, defensor de los mitos fueristas y nostálgico del Antiguo Régimen, dio forma a una religión de la patria para los vascos basada en la pureza de sangre, cuyas ideas totalitarias han seguido perdurando, con distintos ecos y matices, como núcleo doctrinal sacralizado de la ideología nacionalista, tanto del PNV como de HB y ETA. Sus presupuestos básicos, muy similares a los utilizados como propaganda por el nazismo y con idéntico propósito, proclaman la idea de un pueblo vasco constituido por una raza única desde los albores de la historia, que ha de hacer todo lo posible para expulsar de su territorio a la raza degenerada, representada por los españoles o maketos.Con gran fluidez discursiva y portentosa capacidad de análisis político, Antonio Elorza, catedrático de Ciencia Polí
