NÉSTOR LUJÁN
Viajero impenitente por multitud de parajes reales o no tanto, Néstor Luján nos regaló hace años estas espléndidas crónicas misceláneas acerca de la cocina y la cultura de uno de los países que mejor conocía y más amaba: Francia. Porque, más que un país o una geografía, Francia era para Luján un auténtico paisaje del alma y, gracias a él, también lo es para sus agradecidos lectores. En estos ociosos y a menudo melancólicos vagabundeos por tierras de Aquitania y Borgoña, por los valles del Loira y las regiones de la Champaña, Lorena, Alsacia o Provenza, nunca falta, además de la minuciosa descripción de los platos, recetas, vinos o especialidades gastronómicas, la precisión geográfica, el retrato histórico o la cita literaria. Maestro en el difícil género de la literatura viajera y gastronómica, Luján sabe reunir en una misma página alguna curiosa particularidad culinaria con una evocación cultural de altos vuelos, o la amena digresión sobre el paisaje otoñal con la visita comenta