SAMUEL BECKETT
Sin previo aviso y con reparos, apareció en Francia, en febrero de 1995, Eleutheria, una obra de teatro que Samuel Beckett jamás quiso publicar en vida y que dejó encargado a su albacea literario, el editor Jérôme Lindon, fundador y director de Les Editions de Minuit, que nunca sacara a la luz. Beckett jamás renegó de su primer trabajo en lengua francesa, escrito en 1947, pero sí creía que se trataba de una obra imperfecta que no debía ser presentada al público. Sin embargo, hoy, JeanPierre Thibaudat escribe en Libération : «En los años cincuenta, aun cuando no fuera una obra maestra, la lectura de Eleutheria habría podido ser -y lo es ahora- absolutamente excitante-. Lindon, «descubridor» de Beckett, su editor fiel, amigo y confidente, conservó, pues, respetuosamente el manuscrito original durante cuarenta años, ignorando, u olvidadando tal vez, que otro editor, que había publicado su obra en Estados Unidos, disponía de