La saragata

24 ENE

¡Mira!

Per Esther Riba Puértolas
¡Mira!

Están los haters, los exigentes, los que no se enteran, los que les da igual, los que preguntan sin cesar, los sensibles, las intensas, los del drama. Estamos todos ahí acabando y empezando el año haciendo listas de absolutamente todo. De los libros que más nos han gustado, de las películas ¡y las series, claro!, de los mejores momentos, de los viajes memorables, de los looks de infarto o de los atardeceres súper fotogénicos. ¡Elegid! ¡Elegid, malditas!

Aparecen retos para escoger una foto por mes, para seleccionar recuerdos únicos del calendario. A modo de trabajo cronológico con castigo, si no eres capaz de ser precisa. Si no logras dejar a un lado el resto de lo que haya sucedido. Luego se ríen de mis rituales y de mis velas. Mientras, todo el mundo anda compilando reels, collages, álbumes, publicaciones, que se extienden hasta bien entrado febrero. Puede que sean los que no quieren dejar ir el año que se va. Quizá es porque deseen rendirle homenaje, darle las gracias o enviarlo a freír espárragos. Todos tienen su ritual, velas o no, desde los haters a los dramáticos.

Tras estas fiestas diabólicas, y con la cuesta de enero sobre los hombros, hay que concentrarse en cada minuto, en cada sensación, que no aparecerá en las listas del próximo diciembre. Darle valor a los detalles que nos enriquecen, que nos arrancan la sonrisa porque son instantes que quizá solo observamos nosotras, no existen para nadie más. Son tan efímeros que solo se muestran a nuestros ojos. Debemos proponernos leer autoras y autores que también los vean, que también nos ayuden a parar y a mirar. ¡A mirar! Leer a Theodor Kallifatides, Manuel Astur, Rosa Chacel o Leila Guerriero, conseguirá eso. ¡Leed a Leila! Nadie como ella para darte en el cogote y decirte: ¡mira!

Que nos detengamos en el ruido de las patitas de nuestras gatas cuando se acercan por el pasillo, dormirnos sabiendo que mañana no hay prisa, encender la manta eléctrica y saber que Vic saltará en 3, 2, 1, desayunar los restos del Tortell, terminar las aceitunas que preparó mi hermano, regar las plantas con el agua de la secadora, leer con el único sonido del tecleo en una habitación al fondo de la casa, tener el móvil en silencio, enviarse fotos de comida en el grupo familiar, ponerse los jerséis de la mama, recordar el cumpleaños del papa y saber que este año tampoco lo hubiera recordado él, imprimir fotos nuevas, empezar series que no estén de moda, un abrazo sin más, planear viajes que no serán, o sí, encender velas de miel los días 11 y 22. Todo eso que nos hace gigantes y que no irá en los top ten para despedir el 24.

 

 

Pd. ¿Qué mirar?

GUERRIERO, Leila. «Teoría de la gravedad» (Libros del Asteroide, 2019)

GUERRIERO, Leila. «La llamada» (Anagrama, 2024) ¡NOVEDAD!

ASTUR, Manuel. «La aurora cuando surge» (Acantilado, 2022)

KALLIFATIDES, Theodor. «Otra vida por vivir» (Galaxia Gutenberg, 2019)

CHACEL, Rosa. «Barrio de maravillas» (Lumen, reedición 2022)

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