PHILLIPP VANDENBERG
Gropius, cirujano de prestigio, realiza un trasplante de hígado a Schlesinger, un arqueólogo que muere de forma repentina porque el órgano trasplantado estaba envenenado con un insecticida. El arqueólogo había sido objetivo de un atentado con bomba en Israel con el que se pretendía acabar con él y con su descubrimiento: la lápida de Cristo en Jerusalén. Desde este momento Gropius quedará atrapado en una espiral de asesinatos perpetrados por un grupo de curas escindidos del Vaticano que pretenden destruir los cimientos de la fe. Al final, el lector descubre el contenido del Informe Gólgota y el poderoso secreto que esconde: los fragmentos de huesos descubiertos por Schlesinger y un pequeño fragmento del sudario original de Turín bastaban para demostrar sin asomo de duda que Jesús de Nazaret había sido una persona corriente.