VÍCTOR DE LA SERNA
Existen sobrados indicios como para no dudar de Camilo José Cela cuando, en el «aperitivo» que abre estas páginas, asegura que Víctor de la Serna «es uno de los hombres que mejor han comido y han bebido en España desde el Concilo de Trento». Escribía esto don Camilo poco antes del fallecimiento de su entrañable «compañero, conmilitón, cofrade, colega y correligionario», y añadía que es éste un libro que su autor nos debía desde hacía ya muchos años. Tras su muerte, a esa deuda pendiente se sumó otra nueva ; la que todos los aficionados a la Cocina (así, con mayúsculas) contrajimos con don Víctor y su grata memoria. Bien puede recibirse este libro, por lo tanto, como el resultado de un tácito y mutuo compromiso. Y bien puede afirmarse que no cabe resultado más suculento y más feliz. Pues releer ahora, al cabo de los años, las crónicas que, bajo el seudónimo de Punto y Coma, escribiera Víctor de la Serna para diversas revistas y periódicos españoles, supone, mucho más qu