El 18 de julio de 1944, Philipp von Boeselager, un joven oficial de caballería de veintisiete años, combatiente en el frente del este, se pone al mando de 1200 hombres de la Wehrmacht. Sólo él conoce el objetivo de la operación: llegar a Berlín y ocupar los centros de poder del Reich después del atentado contra Hitler que debe llevar a cabo el coronel von Stauffenberg. Pero las cosas no salieron como se esperaba y Philipp Freiherr von Boeselager es el único superviviente entre los conjurados del 20 de julio de 1944. Educado en una familia aristocrática de Renania, en la que la libertad de juicio y el sentido de la responsabilidad eran las piedras angulares de la educación, pronto emprendió el camino de la desobediencia -alta traición en aquel entonces- frente al tirano que había llevado a Alemania a la guerra y la destrucción. El suyo es un testimonio excepcional sobre el compromiso ético, la brutalidad de la guerra -luchó en el durísimo frente del este- y las interioridades de la operación Valkiria, el últi