ROBERT MCLIAM WILSON
Con Eureka Street (Andanzas 368) dimos a conocer en lengua española el año pasado a Robert McLiam Wilson, un autor al que, vaya a donde vaya, le rodea un provocador halo de inconformismo y buen humor, y que escribe para «provocar compasión por las víctimas del siglo XX: los pobres, los ignorantes y los enfermos. Si no se escribe ficción con piedad y comprensión, la literatura se convierte en un ejercicio de autoindulgencia y egoísmo». Ripley Bogle, su primera novela, escrita a los veintidós años, no pasó inadvertida entre la crítica, pues, por su estilo lleno de fuerza y lirismo, y sus piruetas lingüísticas, fue galardonada con el Rooney Prize, el Hughes Prize, el Betty Trask Prize y el Irish Book Award, y supo ganarse al público, seducido por ese protagonista atípico, brillante y encantador, arrogante y apasionado, «capaz de hacer reír tres veces por página». «Tengo veintiún años, mi nombre es Ripley Bogle