EVELIO ROSERO
Si hay algo que distingue al asesino es su entorno, quienes le rodean. Y para saber mテ。s sobre Toテアo Ciruelo, la indagaciテウn debe empezar desde la raテュz, la infancia y juventud, el colegio y la universidad, el trabajo, los hechos nimios y complejos que configuran el rostro del monstruo, su proceso particular, porque ningテコn asesino es idテゥntico a otro. Gracias a una exploraciテウn intestina encarnada en Eri Salgado, asistimos al despojamiento progresivo de las caras que adopta el asesino, hasta mostrar su テコltima y definitiva cara, la de sus vテュctimas. Un descenso al centro del mal que absorbe al lector y lo involucra ineludiblemente, pero al mismo tiempo un ascenso hasta la cima literaria que reafirma la rotunda maestrテュa de Evelio Rosero.