ANTOINE-LAURENT DE LAVOISIER
La obra de Antoine Laurent de Lavoisier (1743-1794) marca una frontera en la historia de la química. Nadie hizo más que él para que naciese una nueva química, lejos de la vieja alquimia, siempre a caballo entre lo analítico y lo metafísico. Y como buen ilustrado, no olvidó acercar su ciencia a cuantos más mejor. A semejante propósito responde su gran Tratado elemental de química, publicado el mismo año, 1789, en el que se inició la Revolución Francesa, aquel a la vez maravilloso y terrible movimiento que terminó segando la vida de Lavoisier, que cayó victima de la guillotina. El Tratado elemental de química, que se presenta aquí traducido e introducido por Ramón Gago, el mejor conocedor en España de la obra de Lavoisier, es uno de los clásicos inmortales de la ciencia. Y no sólo eso: es, además, una obra que todavía se puede leer con aprovechamiento, al fin y al cabo la nueva química que su autor introdujo y explicó en ella es la misma, básicamente, que la que utilizamos ahora. A través de sus páginas los lec